Un equipo de investigación de las universidades de Edimburgo y Dundee está llevando a cabo un proyecto pionero en Escocia que utiliza inteligencia artificial (IA) para predecir el riesgo de demencia. Este esfuerzo forma parte de la colaboración global NEURii, que tiene como objetivo mejorar la detección, prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas mediante el análisis de grandes volúmenes de datos de salud.
La investigación emplea una impresionante base de datos que contiene 1.6 millones de imágenes de tomografía computarizada (CT) y resonancia magnética (MRI) recopiladas en Escocia durante más de una década. Estas imágenes se integran con registros de salud para desarrollar herramientas de IA capaces de identificar patrones que podrían indicar un mayor riesgo de demencia. La aplicación de esta tecnología permitirá a los radiólogos detectar signos tempranos de la enfermedad, facilitando diagnósticos más precisos y rápidos.
Este proyecto, conocido como SCAN-DAN, no solo se destaca por su innovación tecnológica, sino también por su colaboración global. La iniciativa cuenta con el apoyo de organizaciones clave como la farmacéutica Eisai, Gates Ventures y Health Data Research UK. Estas entidades proporcionan financiamiento y experiencia, superando barreras regulatorias y comerciales para acelerar la implementación de estas herramientas en la práctica clínica. Además, la protección y el uso ético de los datos son una prioridad en el proyecto, con todos los datos resguardados por la Scottish National Safe Haven, una plataforma creada para garantizar el uso seguro de la información de NHS con fines investigativos.
La colaboración NEURii tiene un enfoque multidisciplinario, involucrando a expertos en neurociencia, informática, y ética de datos. Este enfoque integral es crucial para abordar los desafíos complejos que presenta la demencia, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. La capacidad de predecir el riesgo de demencia con mayor precisión no solo mejorará la calidad de vida de los pacientes, sino que también permitirá a los sistemas de salud planificar y asignar recursos de manera más efectiva.
En resumen, la investigación liderada en Escocia tiene el potencial de transformar la forma en que se diagnostica la demencia, mejorando la precisión y la rapidez de los diagnósticos y avanzando hacia tratamientos más personalizados y efectivos. También puede tener un impacto significativo en la investigación global sobre enfermedades neurodegenerativas, estableciendo un nuevo estándar para el uso de la IA en la medicina.