La compañía taiwanesa TSMC, uno de los fabricantes de semiconductores más importantes del mundo, está siendo investigada por el gobierno de los Estados Unidos debido a sospechas de haber alcanzado acuerdos secretos con Huawei, una empresa china que ha estado bajo estrictas sanciones estadounidenses desde 2019. Estas sanciones tienen como objetivo limitar el acceso de Huawei a tecnología avanzada de fabricación de chips, con el fin de frenar el desarrollo de la industria tecnológica china, especialmente en áreas como la inteligencia artificial y las telecomunicaciones.
A pesar de ser uno de los proveedores más relevantes en la industria de semiconductores, con una cartera de clientes que incluye a gigantes como Apple y Nvidia, resulta difícil imaginar que TSMC esté dispuesta a arriesgar sus relaciones con Estados Unidos para recuperar a Huawei como cliente. La salud financiera de TSMC es sólida, respaldada por contratos que garantizan su estabilidad a largo plazo. Hasta el momento, no hay pruebas concretas que demuestren que haya llegado a algún tipo de acuerdo con Huawei.
El Departamento de Comercio de EE. UU. ha iniciado una investigación para determinar si TSMC ha estado proporcionando chips a Huawei, ya sea de manera directa o indirecta a través de intermediarios. La atención se centra especialmente en los chips utilizados en los smartphones de la serie Mate 60 y en los procesadores Ascend para inteligencia artificial, ambos cruciales para los esfuerzos de Huawei por reducir su dependencia de proveedores internacionales y avanzar tecnológicamente a pesar de las sanciones impuestas.
Si la investigación concluye que TSMC ha violado las restricciones de exportación, las consecuencias podrían ser severas, incluyendo multas y la prohibición temporal de utilizar tecnologías avanzadas de fabricación de chips. Este escenario representaría un golpe significativo para TSMC, que también está desarrollando nuevas fábricas en Arizona, beneficiándose de un subsidio de 6.600 millones de dólares del gobierno de EE. UU.
A pesar de que TSMC ha afirmado cumplir con todas las regulaciones de exportación, las autoridades estadounidenses están indagando si Huawei ha recurrido a otros métodos, como la colaboración con empresas intermediarias, para obtener componentes esenciales. Esta situación podría exacerbar aún más las tensiones entre Estados Unidos y China en la carrera por el dominio en la industria de semiconductores, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial.
La investigación en curso refleja la lucha continua por controlar el acceso a tecnologías avanzadas, mientras TSMC enfrenta posibles sanciones si se confirma que ha incumplido las restricciones. Lo que está en juego no solo afecta a Huawei y TSMC, sino también a la industria global de semiconductores y a las relaciones comerciales entre las principales potencias tecnológicas del mundo.