OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, atraviesa un momento de tensión con Microsoft. Según OpenAI, el gigante tecnológico estaría utilizando sin las debidas contrapartidas parte de su tecnología, incluido GPT-4, para reforzar productos como Copilot y Microsoft 365. Ante esta situación, OpenAI se plantea recurrir a las autoridades correspondientes.
El principal problema reside en que Microsoft, que ha invertido cerca de 1 000 millones de dólares, controla el uso de GPT-4 en sus soluciones, lo que deja a OpenAI sin margen para tomar sus propias decisiones. La compañía, con sede en Redmond (EE.UU.), rechaza de forma contundente tales acusaciones y defiende que el acuerdo es mutuamente beneficioso, ya que proporciona a ambas empresas una plataforma conjunta para avanzar en el campo de la inteligencia artificial. Además, Microsoft subraya que también trabaja en el desarrollo de sus propios modelos de IA.
Esta disputa ha encendido las alarmas en el sector tecnológico, planteando interrogantes en torno a la independencia de OpenAI y a las consecuencias que pueda tener esta relación en el mantenimiento de la competencia en el mercado de la inteligencia artificial. Microsoft, sin embargo, insiste en que esta colaboración resulta conveniente para las dos partes y que el progreso de esta tecnología sigue en marcha.
En el seno de OpenAI el equipo directivo continúa concentrado en llevar a buen puerto su propósito: crear una inteligencia artificial general (AGI) que contribuya al progreso de la humanidad. Aclaran que GPT-4 aún dista de ser una AGI y que el pacto con Microsoft no limita su capacidad para tomar decisiones éticas ni para avanzar en nuevos desarrollos.
El futuro sigue lleno de incógnitas mientras el sector reflexiona si esta relación permitirá un modelo de colaboración o si, por el contrario, podría concentrar el poder en manos de un pequeño número de empresas. La disputa pone así de manifiesto el debate en torno al control, el modelo de negocios y el destino de una de las tecnologías más relevantes de la última década.
Fuente: ComputerHoy